Según
el Dr. RP Saúl Ticona Monje en su libro “El último Atardecer” 2005, La Semana
Santa en Omate es: “Fiesta central de la fe católica, como es la fiesta de la
Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús, donde el Señor nos rescata del
poder del mal y nos abre el camino del Cielo inaugurando así la nueva creación,
no podía faltar en su vida e Historia”. “Es tradicional, mostrar el espíritu de
penitencia y de fiesta, en las conocidas “posas” altas y coloridas, que
significan o nos señalan el camino al cielo que cada cristiano debe recorrer;
es levantada por cada familia y anexos y a turnos, creándose también una sana
competencia de quién construye la posa más alta”.
“La
Semana Santa ha marcado profundamente la vida y la religiosidad de San Lino de
Omate, es conocida como una de las principales manifestaciones religiosas del
Sur”. “Los sentidos y sugestivos Domingo de Ramos; el Encuentro de nuestra
Madre con su Hijo, antes del martirio divino del Viernes Santo; la procesión
penitencial del Viernes Santo; y el Domingo gozoso de Pascua de resurrección,
marcan los momentos centrales de la Semana Santa omateña.”
Sus
procesiones, sus posas y el recogimiento religioso de su gente, marcan una
peculiar forma de vivir los principales momentos salvíficos de nuestra historia
Adicionalmente
al guion prescrito por la Iglesia peruana, en Moquegua se tiene por costumbre
que el Jueves Santo los devotos y vecinos carguen los palos mayores (dos) de 18
a 20 m para que al día siguiente, durante la escenificación del Vía Crucis, se
edifiquen los siete altares gigantes llamados "Posas".
Las
Posas tienen una inclinación ascendente de grada en grada (hasta más de 30). Se
visten de negro y blanco en señal de luto y son adornadas con imágenes, arcos,
alfombras de flores e iluminadas con focos de colores.
El
Sábado de Gloria las telas negras de las posas son sustituidas por otra de
color rojo en señal de resurrección y alegría.
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